Se nos ocurrió, como regalo de Navidad, comprarles a los Peregrinos un termo. Aquí mucha gente toma mate, y siempre puede servir para conservar agua fría o caliente. El tema es que no es demasiado barato, y la plata no nos sobra.
Me puse ayer a buscar en Internet –mercado libre- posibilidades y precios y al ratito me avisaron que un señor me buscaba en portería. Bajé y me dio una donación que, por lo que averigüé después, casi alcanza para comprar los termos.
Demasiada malacrianza ¿verdad?
Ya he contado antes otras de este estilo.
La Providencia en acción, Josefina
ResponderBorrarDios siempre se nos adelanta, acercándonos las manos que necesitamos para hacer el bien.
ResponderBorrarGracias por compartirnos esta vivencia hermana.
Dios siempre tan oportuno!
ResponderBorrar:)