Hoy no es raro encontrar personas que, poco o mucho después de casados, tuvieron que separarse y, con el tiempo, formaron otra familia pero esta vez sin sacramento. Y a veces lo viven con mucho dolor porque sí creen en él.
En no pocos casos tendría mucho sentido, mediante un juicio eclesiástico, averiguar si en ese casamiento hubo o no sacramento. O sea si -como decíamos en la entrada anterior- estuvieron todas las condiciones para que lo hubiera. Porque de no ser así la Iglesia declara que no lo hubo y entonces el matrimonio en realidad fue nulo, no existió. Por lo que podría recibirlo esta vez.
La Iglesia no anulará un matrimonio. No puede hacerlo ya que es indisoluble; pero sí, revisando el caso concreto, puede llegar a la conclusión de que no lo hubo, y a esto se le llama juicio de nulidad matrimonial.
lunes, julio 30, 2012
jueves, julio 26, 2012
Matrimonios nulos (1)
Este es un post para los católicos que creemos en los
sacramentos y, por eso, en la indisolubilidad del matrimonio cristiano:
El sacramento del matrimonio une al varón y la mujer que lo reciben hasta que la muerte
los separe. Dios es quien sella el compromiso de los contrayentes de una forma
indisoluble, y les da la gracia para vivir esta unión.
Pero, justamente por eso, porque en todo sacramento
necesariamente hay una parte aportada por el hombre y lo otro lo pone Dios, si
no está todo lo que deben poner los que se casan –aunque esto no se note fácilmente-
en realidad no hay sacramento.
Si usamos otra cosa que no sea agua en un bautismo no hay
bautismo.
Si no ponemos lo necesario –nuestra libertad, honestidad en
la intención y en los fines, conciencia, y todo lo que nos hace personas
responsables y libres- los dos contrayentes, para que sea sacramento, no hay
matrimonio.
Es un matrimonio nulo, o sea que no se han dado las
condiciones para que se diera en forma válida el sacramento: Pareció que estaba
todo, pero faltó algo imprescindible y en realidad no lo hubo.
viernes, julio 13, 2012
En el Comedor
No tenemos muy clara la razón pero en el comedor estamos
teniendo bastante menos asistentes.
En realidad, sabemos por qué no vienen
varios de los que venían: algunos gracias a Dios –no muchos pero cada uno es
importante- porque están trabajando, otros por enfermedad o incluso porque hace
mucho frío para salir a la calle; pero no nos explicamos cómo es que se
inscriben tan pocos nuevos… Ya que no pareciera que aumentara la oferta de
trabajo sino todo lo contrario.
Mientras escribo, creo que para estas fechas el año pasado
vivimos lo mismo.
En fin, la cosa es que por ahora el número de comensales
disminuye de a poquito. Están viniendo entre veinticinco y treinta diarios
sobre unos cuarenta y cinco apuntados.
Por otro lado, vemos que en lo que sí vamos creciendo es en
las relaciones personales. Tal vez porque son menos, es como si nos conociéramos
más; podemos ir siguiendo y a veces acompañando el camino de unos cuantos.
Siempre tratando de respetar sus vidas. El que quiere, o la
que quiere, te va teniendo al tanto, te muestra algunas fotos, te cuenta cómo
anda; y otros –que en general son también muy gentiles- en cambio son mucho más
reservados.
De todos modos, siempre se nota por un signo u otro que el cariño va creciendo.