viernes, marzo 24, 2006

Argentina, 24 de marzo 2006.

Día duro. Por lo menos para mí.
Creo -y quiero profesarlo explícitamente- en una verdadera reconciliación.
Donde todos, y cada uno, queramos aceptar -en principio con el corazón porque, si no, no se logra- la explicación del otro; y, aunque no lleguemos a salvar las diferencias, prime el sincero deseo -a partir del perdón mutuo- de formar un pueblo unido para construir el futuro que Dios y la vida nos deparan.
Creo en ello.
Sé qué es difícil.
Pero también sé que por ahí, sólo por ahí, pasa verdadera vida.
Por eso: es lo que le pido a Dios, para todos los argentinos, en el día de hoy.

3 comentarios:

  1. Anónimo11:16 p.m.

    Coincidimos con vos en todo esto. Qué importante poder compartir lo que cada uno vivimos y encontrarnos en la reconciliación y el perdón, y la aceptación de las diferencias. Confiamos que lo lograremos hacia adentro y hacia afuera, con la ayuda de Dios.
    Gracias por tu compartir.
    M y J.

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  2. Hola vine a visitarte hace mucho no conversamos.

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  3. ¡Hola Claudia!
    ¡Gracias M y J! Unidas.

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