martes, junio 12, 2012

En realidad ¡hizo bien!




Uno de mis sobrinos nietos tiene creo que tres años.
Le estuvieron contando de Jesús. Que lo pusieron en la cruz, lo coronaron con espinas, y cuánto había sufrido por salvarnos.

Parece que en su casa a un Cristo muy bonito que tienen , con corona de espinas y rayos de plata, un día le desaparecieron. 
Por fin le preguntaron a Miguelito, y dijo que él se las había quitado. Porque dolían (¡!).

-¿Y dónde las pusiste?
-¡Lo tiré a la basura!


5 comentarios:

  1. ¡AY! qué ternura de niño, Josefina. Si lo tengo al lado me lo como hasta con zapatos.
    Chiquito precioso, él; ¡cómo estará de feliz el Señor al ver su acción!
    Besos, Josefina querida. No te olvido.

    ResponderBorrar
  2. Anónimo8:02 a.m.

    que frescura, yo nunca me atrevi a hacerlo...., si lo pensaba...

    ResponderBorrar
  3. Tal cual.
    Pero imaginen también sus padres: que un Cristo antiguo y probablemente herencia familiar -no sé muy bien los detalles pero lo sospecho- se haya quedado sin su corona y rayos...
    ¡Por una razón bien valedera, es verdad!

    ResponderBorrar
  4. También creo que hizo muy bien Miguelito.

    ResponderBorrar
  5. Muero de amor por Miguelito!!!!!!!!!!!!

    ResponderBorrar