Segunda Semana:
(segunda parte)
VIDA PÚBLICA DE JESÚS
Seguimos pidiendo: Conocerlo a Jesús, internamente, para amarlo más y entonces seguirlo más.
Vimos, el mes pasado, todo ese tiempo largo de Jesús –el más largo- que hizo una vida “en todo semejante a la nuestra, menos en el pecado”. El mismo Dios, que se hizo hombre porque nos quiere, y por eso quiere mostrarnos cómo podemos nosotros ser grandes personas, antes de mostrárnoslo con su enseñanza explícita –diríamos, en lo que llamamos su “vida pública”- nos lo mostró con su propia vida común que vivió durante 30 años (A esto, curiosamente, le llamamos "su vida oculta").
Pero, como se ve, era necesario que después Él mismo nos la explicara, porque, si no, no nos hubiéramos dado cuenta nosotros. Algo tan importante, y tan necesario, hubiera pasado totalmente desapercibido. Y, además, también era necesario –porque él así lo quiso, que este mensaje se expandiera, a través del mundo y del tiempo, por intermedio de tantos hombres y mujeres, que conociéndolo ellos –desde dentro- pudieran hacerlo conocer a todos.
Y aquí viene lo que vamos a rezar este mes. Esta otra parte de la vida de Jesús. Que, aunque sea la que ocupa más páginas en el Evangelio, no es –como vemos- la más larga ni la más importante de su vida real. Es posible que sea –porque es el tiempo en que el mismo Jesús se dedica a enseñarnos explícitamente el mensaje de Su Vida, y de nuestra vida- la más iluminadora; la que realmente nos ayude a comprender mejor el total del mensaje de Jesús, y la Voluntad de Dios sobre nosotros. Es el momento en que Jesús se nos muestra claramente como Maestro.
Madre Nuestra
Hace 12 años.
