Nos decía el padre en la homilía de la misa de hoy:
Hoy es el día de toda la Humanidad -los que fueron, los que son y los que serán- en cuanto redimidos, salvados, por Dios.
En el Credo decimos: "Creo en la comunión de los santos".
Todos hemos sido santificados en el Hijo.
Por supuesto que está en nosotros, en cada uno, acoger, aceptar esa salvación que es para todos.
Dijo san Agustín: "El que te creó sin ti no te salvará sin ti".
Y todos, también, los que están en el cielo, y los que estamos todavía aquí, podemos interceder unos por los otros.
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O sea:
Hoy celebramos, no sólo a los santos canonizados, sino a todos los que ya han muerto -mis padres y hermanos y los tuyos, seres queridos y no tanto,¡todos!- y a todos los que fueron, somos -o serán- santificados por Dios. "Una multitud -dice la Palabra de Dios- imposible de contar".
¡Es una fiesta grande!