Ayer -llegaba de Bs.As., al salir de la terminal de Micros de Montevideo- se me acercó un muchachito, con muy lindo modo, para ofrecerme. Había un micrófono instalado y, a cierta distancia, una persona filmando:
-Somos de tal canal (todavía no reconozco los canales uruguayos) y estamos haciendo una especie de encuesta sobre 'la despenalización del aborto'. Sería muy interesante que usted diera su opinión (como saben, uso hábito).
Le agradecí que me lo pidiera, pero no me animé.
Después me quedé pensando por qué. Y llegué a esta conclusión:
Creo que en estos tiempos nuestros, ocurre bastante tratamos temas vitales, importantísimos -que requerirían mucho tiempo de diálogo y reflexión profunda-, prentendiendo resolverlos muy rápidamente. Como si fuese algo tan sencillo como prender o apagar la luz.
Por supuesto que no estoy, de ningún modo, con la justificación del aborto,ya que no creo que -como piensan algunos- 'sea mejor matar uno a que que se mueran dos'. Pero ¿el tema es penalizar o despenalizar? ¿Es bueno que sea sobre lo único que hablemos, los que tal vez no coincidimos, en torno a algo tan trascendente?
Sí, la verdad que me parece una macana, tratar tan puntual y utilitariamente cosas tan 'humanamente vitales'.