Esta mañana, por una radio argentina, escuché una entrevista con el
P.Pedro Opeka que me encantó.
Ya está por volverse a Madagascar. Creo que dijeron que estuvo tres semanas por estos pagos.
Charlaron con él un ratito. Me encantó escucharlo, porque lo que sabía de él era por un libro que leí, y comenté en este blog, el año pasado.
El periodista le pidió que dejara un mensaje para todos nosotros. Respondió algo así: - Quisiera decirle a todos que 'participen'. Nosotros pudimos hacer lo que hicimos, porque no nos quedamos a un costado sino que participamos. Nos pusimos al lado del hermano y permanecimos. Nuestro trabajo tiene 20 años; no es sólo cosa de pasar, dejar algo -ni siquiera dinero- y seguir nuestro camino. Hay que quedarse; participar.
Al final, el que entrevistaba contó que cuando le preguntaron al P.Pedro que por qué tenía que ir a Madagascar, cuando aquí hay también tantas necesidades, él respondió algo como esto:
- Yo no soy ningún santo, soy un hombre común como ustedes. Yo voy allí ¡porque aquí están ustedes!
(Me pareció buenísima la contestación y re-convocadora)
8 comentarios:
Y es que es buenisima la contestación y comprometedora
Que bueno Hermana que haya comentado la visita del Padre Pedro. Yo por trabajo me quedé con ganas de asistir a algunas de sus conferencias o escucharlo por radio.
Me encantó la respuesta al periodista.
También me encantaron los ojos del Padre Pedro...ud. se fijó Hermana: irradian bondad!!!!
Buena semana Hermana
qué genial respuesta! de verdad invitadora a hacer lo que a cada uno le toca hacer, en donde está llamado a estar.
Genial.
josefina te dejo mi nuevo blog, es http://frenteyperfil.blogspot.com
muchos saludos!
Natalia
Que buena la contestación.
Realmente ¿Qué hacemos todos los que hablamos de justicia?
Muchas veces se interpela a los que ya actúan, se exige a los que erstán concienciados. Como el tópico de los tesoros del Vaticano. ¡Si todos los que critican actuaran como actúa la Iglesia! Otro gallo cantaría.
Querida hermana, me gusta cuando nuestros misioneros vienen a visitarnos y nos cuentan, con alegría, sin darse importancia, sus experiencias y sus problemas, sus necesidades y sus historias. Nos recuerdan lo apegados que estamos a nuestro confort, a nuestros problemitas, y cómo el mundo es mucho más grande que el barrio en el que vivimos.
Muy interesante respuesta.
Siempre he pensado por qué misionan lejos los que misionan lejos y no lo hacen aquí.
Pero creo entender que es cuestión de vocación.
Preguntar a alguien por qué misiona allá y no acá es como preguntarle a alguien por qué es médico si hay tantos coches por reparar, o porqué es arquitecto si hay tantas personas a las que defender.
La vocación, el llamado, es en un lugar. Quién sabe en el fondo por qué. ¿Por qué no puede ser lejos? ¿Por los compatriotas? Quizás no esté de más recordar que nadie es profeta en su tierra...
Cariños.
Haga su comentario, debo sostener mi ánimo al escuchar esas letras, lo del Vaticano es verdad, es solo una de las mil y una noche, que tienen de oscuridad varias religiones, la gente no es ingenua (si algunos), nuestro Señor andaba descalzo, ustedes le darán un Papamóvil cuando venga, que Dios los ampare hermanos mios (dirán que hay cosas que son de los tiempos de ahora necesarias), el tiempo no es tiempo para los que están amando a Dios. Es necesario que una persona deba decir que no es Santo? Claro se ha canonizado tanta gente, sin conocer sus pensamientos nunca divulgados y sus cuestiones ìntimas desconocidas, qué todo ya es una risa. Tened cuidado no caer vosotros en satisfacciones personales, tocando cabezas de inocentes.
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