miércoles, octubre 07, 2009

¡Qué difícil resulta!

Son hermanas, hijas de desaparecidos y criadas por su tío militar.
Victoria es diputada y está en favor de los juicios y las condenas, porque piensa que eso sanará al país.
Eva su hermana, en cambio, está por la reconciliación y la concordia para, juntos, mirar para adelante y construir una nueva Argentina.
Eso sí, ninguna de las dos está por el olvido.
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Por entradas anteriores, saben con cuál de ellas estoy.
Pero me impresionó que, el que Eva se manifestara por la reconciliación produjo en Victoria -en vez de un acercamiento- una reacción mucho más dura.

Dice La Nación:

Las hermanas Donda y dos posturas sobre la última dictadura

Victoria y Eva son hijas de desaparecidos; mientras la primera reclama desde su banca de diputada la revisión del terrorismo de Estado, la segunda pide poner fin a "los rencores"

lanacion.com | Política | Martes 6 de octubre de 2009

12 comentarios:

Fernando dijo...

Querida hermana, qué tema más triste toca su post.

En España la Guerra Civil acabó en 1939 y sólo 40 años después, al morir Franco, pudo haber una auténtica reconciliación nacional y un mirar para adelante. Ahora, el gobierno socialista, por interés electoral, volvió a sacar aquellos años terribles, que estaban olvidados, y todo el mundo ha vuelto a enfadarse, "A mi tío el cura le mató tu abuelo, el sindicalista", "A mi bisabuelo el profesor le mató tu tío, el monárquico".

Si hay estas pasiones por algo que ocurrió hace ya 70 años, ¿cómo la Argentina pudo salir adelante y ser un país -más o menos- normal, si ciertas cosas ocurrieron hace tan poco?

Rome dijo...

Hola Josefina:

Hace un timepo escribi este post:

http://rome.wordpress.com/2006/10/06/por-que-no-creo-en-una-amnistia/

Y hoy sigo pensando lo mismo. Que creo que el mirar hacia adelante se puede construir desde la justicia, no desde el borron y cuenta nueva.

Pero entiendo tambien que es un tema super delicado y es por eso que entiendo ambas osturas. Por supuesto que me identifico mucho mas con la de Victoria.

Besos,

hna. josefina dijo...

¡Es difícil, Fernando!
Rome ¿te fijaste que -curioso- tu post es del 2006 pero más o menos en estas fechas?
Entre muchos está mi comentario que lo copio textual:
"Yo no hubiera vuelto a remover todo de nuevo -en lo legal, me refiero- como se ha hecho ahora… la verdad, que porque creo que siempre se da lugar a brotes y facciones de nuevo. No creo eso que dicen que las heridas no se cierran sin juicios y justicia.
Sueño con un país en el que sí, alguna vez, podamos sentarnos a hablar cuánto nos hemos herido unos a otros (porque no creo que sea bueno olvidar, para no volver a caer en lo mismo), pero no para pasarnos facturas o enfrentarnos de nuevo, sino para perdonarnos en serio y, sobre todo, después de eso, empezar a mirar para adelante y construir.
Me parece que esto se ve muy claro entre hermanos que se quieren, o buenos amigos: A veces sucede que, aún en esos casos, nos hacemos -por distintas circunstancias- muy mal unos a los otros. El modo de arreglarlo en esos casos no sería para nada revisar todo hasta que pagues hasta el final; para mí es -aceptando la maldad de lo sucedido; y a veces no del todo porque las cosas son complejas y difíciles- tener verdadera intención de juntarse y volver a empezar. Para mí eso es el perdón, o la re-conciliación. Y es lo único que salva."
Hoy hubiera vuelto a escribir exactamente lo mismo.
A tu comentario de hoy dos cositas: Para mí la concordia y la reconciliación no son falta de justicia, sino todo lo contrario. Dios es justo.
En ningún momento -y creo que Eva lo ve así también por su discurso- pensamos que la solución es 'borrón y cuenta nueva'. Las heridas no se olvidan... quedan; y es bueno que permanezcan. Lo que no le veo el sentido sanador es a seguir removiéndolas, fomentar la desunión, y tratar de ser justicieros.
Además, en lo personal estoy convencida que haber participado -por ambas partes, y es verdad que tal vez con distintas responsabilidades- en esos sucesos: matar, secuestrar, torturar y tantas otras cosas que hubieron, debe dejar en la persona un peso tal que, aunque nadie lo castigue, el sufrimiento -en el momento de la verdad- igual será enorme. No creo que exista la impunidad real.
¡Saludos a los dos!

Mariaisabel dijo...

Tan fáci que sería intentar olvidar, empezar de nuevo y mirar hacia el futuro, pero somos humanos y como tal erramos en muchas cosas.
Dios quiera que no suframos de rencores y olvidemos, aunque solo sea un poco.
Un abrazo

ecazes dijo...

¿Por que se asume que los que piden que se aplique la justicia no quieren reconciliación, mirar hacia adelante o construir una nueva Argentina?
Creo que un sistema de justicia que se precie, debe aplicarla siempre.
La impunidad para crímenes lesa humanidad no puede, de ninguna manera, garantizar reconciliación de nadie. Lo único que garantiza es impunidad. Y la historia enseña que la impunidad acarrea mas injusticia.
O sea, la nueva Argentina, necesita pasar por aclarar sus cuentas, con los agraviados, los despistados, los asustados, los heridos, los dolientes, los penitentes, los cobardes, las víctimas, los desaparecidos, los aparecidos... pero sobre todo, con los jóvenes que nacieron sin miedo, en unas circunstancias totalmente nuevas, y que necesitan esa revisión (de todos los involucrados) para enterarse de que pasó.
Y que la justicia es necesaria, para un re-comenzar, JPII lo sabía, por eso insertó, en la historia, una disculpa de la Iglesia ante las propias injusticias. El sabía que no puede haber reconciliación sin reconocimiento de las propias faltas... y sin propósito de enmienda.

hna. josefina dijo...

Ecazes, en líneas generales estoy de acuerdo con vos. Si la justicia es que se reconozca la culpa, pero aquí en la Argentina están juzgando, y dando muchos años de prisión, a los militares y tenemos quienes fueron terroristas, y que también mataron y torturaron a muchos, que hoy están en el gobierno y nadie los piensa juzgar por nada. Los familiares de sus víctimas piden que también a ellos se les considere. Ante tan difícil resolución de todo, y que unos paguen y otros no, prefiero que nos reconciliemos -sin olvidarnos por supuesto- todos, y por una vez, dejemos todo atrás, y miremos juntos para adelante como dice Eva Donda.
No veo por qué tienen que pagar unos sí y otros no.
Tampoco me quedaría nada tranquila con decir que 'el ideal sería que paguen todos pero por lo menos que paguen los militares'. Lo mismo me pasaría si sólo condenaran a los guerrilleros.
Prefiero que, en ese caso, por no poder hacerse real 'justicia', según la ley humana, busquemos pedirnos perdón -mutuo- y seguir adelante.

Selín dijo...

Vaya post delicado.

Aquí en mi país, El Salvador, después de 4 (insufribles) períodos de gobiernos de ultra-derecha (del sector pudiente), finalmente, y ante una incertidumbre espantosa, ganó las elecciones un candidato independiente (Mauricio Funes, ex periodista) postulado por el partido de izquierda (nacido del extinto frente guerrillero), en marzo de este año. Distinto a lo terrible que “decían” que iba a ser, parece que todo va bien. No ha habido ex abruptos ni cacería de brujas.

El tema del pasado y de las impunidades de antiguos gobiernos de durante y antes de la guerra (1980-1992) sigue estando en la tiniebla. Muchos ex guerrilleros han vuelto y han dado la cara confesando públicamente (o al menos asumiendo) su complicidad o responsabilidad en actos criminales (secuestros, asesinatos, ejecuciones, ataques a infraestructura estatal, etc). Nadie ha sido juzgado porque se dio, por decreto, una tal amnistía con “Perdón y olvido” post Acuerdos de Paz (1992). Pero ni la derecha ni los militares asumen la responsabilidad por actos igualmente criminales, como el asesinato en plena celebración de la Eucaristía, de nuestro Santo Mártir Monseñor Romero. En el caso del asesinato de los jesuitas (1989) se encubrió lo más posible por parte del Estado, pero terminó ubicándose a un grupo de militares, los cuales fueron amnistiados y viven libres como una paloma, por ahí.

El tal “Perdón y olvido” que se instituyó aquí fue, a juicio de las mayorías populares, una payasada. Muchos todavía reclaman justicia; reclaman que la historia se dé a conocer, que los responsables de asesinatos como el de Monseñor Oscar Arnulfo Romero sean investigados y se dé a conocer a los responsables. Lo que se reclama es que se dé a conocer LA VERDAD.

En mi opinión, muchos de nuestros países necesitan CONOCER LA VERDAD y asumirla. No creo ya necesario llevar a juicio y condenar. Pero sí lo creo necesario para la madurez como sociedad, que la verdad sea dada a conocer. Y que los responsables sean dados a conocer. Y que, si no piden perdón, al menos que se les desenmascare. Lo que se ha hecho hasta ahora, al menos en El Salvador, es hacer de caso que nada pasó. Es decir, más de 70,000 muertos que nadie mató. Creo que este gobierno, en nombre del Estado Salvadoreño, tiene pensado para enero 2010, realizar un acto público de carácter oficial en donde van a pedir perdón por todos los desaparecidos, los caídos, los asesinados, etc. Ya veremos.

Jesús vino a traernos salvación. “arrepentíos, y creed en el evangelio”, nos dice en Marcos 1,15. Y para "arrepentirse", es necesario reconocer, asumir.

Un abrazo a todos

Anónimo dijo...

Hha. Josefina,
En el Perú hemos vivido dictaduras y terrorsmo, estoy de acuerdo como católica en "el perdón, pero no en el olvido", la justicia debe castigar a los que cometieron crimenes horribles, sólo hay reconcilación, si hay castigo para los culpables.
Cariñosamente,
María del Carmen

Victoria dijo...

Mi querida Josefina,me alegro de encontarar este blog,donde hay temas donde se podria hablar dias enteros..Gracias por compartir ya que soy nueva..Con cariño Victoria

hna. josefina dijo...

¡Bienvenida Victoria!

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