Era el tonto del pueblo.
Los otros se divertían mucho, porque cuando le hacían elegir entre dos monedas, una grande de cincuenta céntimos y otra más chica de un peso, siempre se quedaba con la más grande.
Alguien le quiso explicar.
El respondió:
- Sé que la más chiquita vale más; pero si tomo ésa se les termina a ellos el jueguito y yo me quedo sin monedas en adelante.
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Se puede cambiar el ejemplo, incluso por situaciones mucho más importantes.
Madre Nuestra
Hace 12 años.
6 comentarios:
Nada de tonto, jeje
Iba a decir lo mismo que AleMamá... Lo conocía el cuento pero no lo recordé hasta el final.
Pero lo qu emás me intriga es eso de "Se puede cambiar el ejemplo, incluso por situaciones mucho más importantes".
¿Algo en mente?
Buenisimo hermana, era el más listo del pueblo...
Sencillamente genial :)
Gracias por compartirlo
Un saludo desde España, hermana.
Hermana, siempre en sus entradas, nos deja una enseñanza
Buena semana
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