"El 5 de enero, pocos minutos antes de la fiesta de la Epifanía del Señor, la H. María Angélica Nan, partía hacia la casa del Padre. El 4 de febrero hubiera cumplido 107 años. Llevaba más de ochenta en la Congregación, y hasta pocos meses antes de su muerte, hizo vida comunitaria, como las demás. Todo en ella fue “grande”: su edad, su físico, su corazón, el aprecio de los demás, el entusiasmo que siempre tuvo por poner a Cristo a la adoración de los pueblos, su acción de gracias continua, la misión que el Instituto le confió a lo largo de su vida, que incluyó muchos años en diversos países, y varias fundaciones...
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4 comentarios:
Realmente, que lindo testimonio.
Muchas gracias Josefina.
Saludos Santiagueños.
en la foto que nos muestras ya se le ve en esa sonrisa todo lo que nos cuentas y mucho mas. Una imagen dice mas que mil palabras. Gracias hermana Josefina por hacerme conocedora de este gran testimonio de Dios en nuestras vidas.
Creo que la quiero.
Qué bonito, hermana. Creo recordar que ya puso usted un post sobre ella, cuando murió.
Lo de la carta es muy hermoso, los laicos deberíamos copiarlo. Es tremendo cómo la gente muere y pronto va siendo olvidada. A veces pasa hasta en el funeral, donde la homilía es fotocopiada, sin menciones a la vida del difunto.
Gracias por compartir su recuerdo con nosotros, hermana.
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