miércoles, marzo 14, 2007

"Sacramento de la caridad"

Es el nombre del nuevo documento de Benedicto XVI.
Salió ayer y lo bajé de Internet.
Como es muy largo -con letra reducida, en A4, cuarenta páginas- por ahora sólo pude darle una mirada rápida que no se puede llamar lectura.
Pero sí les aseguro, porque me fui deteniendo algo en cada tema, que no dice lo que han anunciado los periodistas, quejándose por supuesto, durante todo el día de hoy.
Me faltó el tiempo, pero no las ganas de llamar a las radios para pedirles que primero lo lean entero y, recién después, lo comenten.
Por eso, recomiendo no formar opinión sin leerlo personalmente.
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Nota: Hablando de otra cosa, esto me hace pensar que, si de lo que conozco veo qué poco fundamentados son sus datos y comentarios, ¡cómo será todo lo demás que nos comunican y uno no conoce!

6 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

¡No hace mucho caí en la cuenta de eso que decís en la nota!

Fue un poco gracias a esto de los blogs e Internet, que te permiten conocer textos originales y otras cosas mejor que antes, que solo te llegaban por el diario o la tevé. Ahora conozco como llegar a documentos originales o a comentaristas distintos de las cosas que tienen que ver con al religión y veo qué diferencia.

Pienso como vos: ¡cómo será en otros temas a los cuales no accedo a ese tipo de fuentes!

Saludos.

Ninguno dijo...

Querida Hna.Josefina:
No es mi intención sembrar cizaña en el camino de la Fe católica, ni mucho menos.
Es pura verdad de que no hay que opinar antes de saber bien cómo son las cosas.
Pero hay hechos que a veces a uno lo hacen sospechar de lo que pasa.
El Papa tuvo problema con declaraciones contra el islamismo y se armó u lío bárbaro. Dicen que es conservador, por ello es el miedo de muchos fieles, más allá de las noticias.
Los tiempos han cambiado y hoy se ve que los jóvenes cada vez tienen menos ganas de ser religiosos o tener Fe. Quizás ud. tenga una explicación en base a la Biblia, no lo dudo e intuyo cuál sería la misma. Pero me parece que hay que tratar de promover el amor y que llegue a todos los corazones, independientemente del lenguaje en que se rece el Padre Nuestro.
Es una humilde opinión Hna.
Gracias por visitarme y volveré también.
Me gustaría que seamos amigos.
Abrazo!

Anónimo dijo...

Hna. Josefina: me parece que no es bueno generalizar y "meter a todos los gatos en la misma bolsa". Habemus periodistas que antes de hablar/escribir nos interiorizamos, documentamos y buscamos y hallamos fuentes de información. Allá aquellos malos profesionales que no lo hacen.
Cariños.

Cristian dijo...

Hermana:
en mi blog acabo de hacer un comentario al respecto para aclarar algunas dudas sobre el documento, por si le interesa a ud. o a sus lectores. Bendiciones.

hna. josefina dijo...

Gabrielus, ¡gracias por venir!
Estoy totalmente de acuerdo con vos, y estoy también segura de que este Papa piensa exactamente igual. Y esto se le nota en lo que dice y lo que escribe (no en lo que dicen que dice o que escribe).
Antes a mí me parecía lo mismo; pero ahora que lo sigo -incluso leí sus escritos anteriores-, y además conozco personas que lo conocen, me doy cuenta que es la etiqueta que le han puesto. Y no condice con la realidad.
Tiene cosas preciosas. Es decicidamente libre, y se ve -por lo que dicen lo que lo conocen- muy sencillo y cálido.
Para ver si es así, no dejes de leer cosas suyas directas; no te guíes sólo por los comentarios.
¡Saludos! ¡Pasaré por tu blog y el de Daniela!

hna. josefina dijo...

Rosa Roja: Para nada quiero generalizar. Pero no sabés -o sí sabrás- la impotencia que una siente cuando, escuchando a los que considerás serios, y en quién te basás para tratar de estar informada, constatás que ,o no lo han leído, o simplemente, aunque saben, dicen lo que les parece.
Tal vez uno pone demasiadas espectativas en la prensa...
Con Benedicto, está muy claro: si lees lo suyo, y tratás de seguirlo un poquito -sin intermediarios- te das cuenta que los medios le han puesto un cartel que no es verdadero.
Por supuesto que hay buenos periodistas. Tampoco digo que estos sean malos. Creo que para muchos, hoy, importa más el sentimiento que la realidad.
Hasta pronto!