lunes, mayo 28, 2007

Un poco de vida diaria

Todavía no hace un mes que llegué, y este fin de semana voy a Bs.As. Son las elecciones en la capital, y me parece importante -pudiendo- ejercer ese derecho-responsabilidad.
Eso sí, si hay segunda vuelta no creo que vuelva a ir; ¡ya sería demasiado!
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Ya me voy metiendo, de a poco, en la vida diaria.
Los uruguayos son gente muy linda.
Entre otros grupos que acompaño, tengo dos -de matrimonios uno- y de matrimonios o adultos-jóvenes el otro. Siempre tuve esta impresión: aquí son más comprometidos: entre los argentinos, y menos entre porteños, es difícil que se armen, y mantengan, grupos de oración o de formación con matrimonios jóvenes, o medianos. Sí, tal vez, de jóvenes del secundario; menos, pero los hay, de universitarios; y después crecen de nuevo los de adultos mayores.
Me parece que esa etapa, del comienzo de las familias con hijos chiquitos, pone muy difícil la cosa... Allí y aquí.
Pero -volviendo a lo de arriba- es más propio de los uruguayos, algunos al menos, lograr sortear las dificultades y reunirse. Nosotros, en cambio, creo que somos menos comprometidos, o menos comunitarios, o menos organizados.
Esto es sólo un ensayo, se admiten opiniones distintas.
También puede ser que la vida en Buenos Aires, al ser tan acelerada, haga más imposible la cosa. Pero ¿y en el interior?
Aquí hay menos cristianos. Pero me parece que los que lo son, lo tienen más asumido en su vida diaria.

3 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

A raíz de mi ingreso en el Colegio Marianista mis padres empezaron a integrar un "Grupo de Padres". Supieron mantenerlo con mucho tesón (de hecho el grupo se disolvió y luego se formó otro) y ayuda de un matrimonio muy comprometido.

XavMP dijo...

En el interior suele haber menos de este tipo de asociaciones o grupos y la verdad es que nosotros no somos ejemplo de nada ya que vivimos un ritmo bastante porteño.

Con dos o un hijo hubiese sido distinto.

Kike dijo...

Hola, síster:
Pues quizá el problema no esté en los argentinos. Quizá la explicación esté por el lado de los uruguayos. Quizá en contextos en los que el cristianismo no es endémico (por decirlo rápido y mal), la gente que se convierte lo haya pensado más y mejor, y por eso sea cristiana por convicción y no porque culturalmente no tuvo más remedio. Digo, tan solo ensayo una explicación, como tú lo dijiste. Sigamos pensando.

¡Un abrazo!