Yo no.
Y es para pensarlo:
"Ante todo hemos de constatar que un progreso acumulativo sólo es posible en lo material. Aquí, en el conocimiento progresivo de las estructuras de la materia, y en relación con los inventos cada día más avanzados, hay claramente una continuidad del progreso hacia un dominio cada vez mayor de la naturaleza. En cambio, en el ámbito de la conciencia ética y de la decisión moral, no existe una posibilidad similar de incremento, por el simple hecho de que la libertad del ser humano es siempre nueva y tiene que tomar siempre de nuevo sus decisiones. No están nunca ya tomadas para nosotros por otros; en este caso, en efecto, ya no seríamos libres. La libertad presupone que en las decisiones fundamentales cada hombre, cada generación, tenga un nuevo inicio. Es verdad que las nuevas generaciones pueden construir a partir de los conocimientos y experiencias de quienes les han precedido, así como aprovecharse del tesoro moral de toda la humanidad. Pero también pueden rechazarlo, ya que éste no puede tener la misma evidencia que los inventos materiales. El tesoro moral de la humanidad no está disponible como lo están en cambio los instrumentos que se usan; existe como invitación a la libertad y como posibilidad para ella."
Tomado textual de la nueva encíclica de Benedicto, Spe Salvi 24.
Madre Nuestra
Hace 12 años.
8 comentarios:
Yo lo veo desde dos aspectos, desde la tentación de tirar por la borda el tesoro moral de la humanidad y desde el defecto de quienes amamos ese tesoro de evitar hacer el planteo diario de la libertad.
No lo he pensado a la manera de BXVI claro ni con su sabiduría ni con sus palabras. Pero si muchas veces que con todos los adelantos y avances la naturaleza humana sigue en pañales (por suerte quizás) con sus aciertos y errores, seguimos aprendiendo y lo bueno es que nadie puede aprender por nosotros.
No podemos "copiarnos" madurar,
no podemos "copiarnos" amar...
no podemos "copiarnos" salvarnos.
Y además de todo eso, el peligro de que los de cualquier lado que descubran algo como tesoro, se lo quieran imponer a sangre y fuego a los demás, en nombre de la verdad, claro...(pobre ella, no se debe sentir muy cómoda si la quieren hacer desfilar triunfal sobre una alfombra de cadáveres)...Bueno, un saludo de Adviento para todos.
¡Que bueno el texto que seleccionaste!
Va un abrazo,
Vivian María
Perdonadme, pero me gustaría saber los resultados de pensarlo, o sea, qué importancia dais a este pasaje.
Dominar la naturaleza, progreso técnico-científico… problemas ciertamente éticos. Talvez, dominar la naturaleza, concepto básico de la modernidad, ya no sea un problema ético… talvez ahora se de por sentado que deba ser así.
Debo preguntarle, porque la ostentación religiosa? Eso no es algo cristiano, es producto de la avaricia y hambre de poder humanos, no lo cree?
Atte. Mondolfo Rodolfes
Anónimo, me parece que muchas veces en la vida uno tiene -al menos yo- la tendencia de pretender que,igual que con el progreso material, se conserve en adelante a toda costa. En eso en la historia han caído muchos, incluso la Iglesia.
Eso en general. Además, en nuestra vida cotidiana, creo que también es enormemente importante, porque -aunque nos pese- debemos tener claro que hasta nuestras decisiones más radicales, debemos confirmarlas cada vez por evitar el riesgo de que las 'hagamos quedar en nada'.Por ejemplo: Mi decisión de ser honrada, debo confirmarla en cada acto concreto, porque si no, puede quedar en nada.
Mondolfo: Por supuesto que el dominar la naturaleza plantea un problema ético... y también el progreso técnico, científico y demás. Yo entiendo que gran parte de los actos humanos plantean problemas éticos. Y a medida que la cosa se va poniendo más compleja, mucho más todavía. Pero esto no invalida en nada -mal que nos pese- que no se puede intentar fijar lo decidido.
No entiendo a qué le llama 'ostentación religiosa'... ¿se refiere a la ostentación en el uso de lujos materiales, o a la ostentación de las convicciones religiosas?
No lo había pensado de esa manera, pero quizás por no ser acumulativa, la libertad es lo único que no puede quitarse a un ser humano. Victor Frankl escribió que incluso en los campos de concetración, los prisioneros todavía eran dueños de la actitud que tomarían ente el sufrimiento.
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