“A continuación lo llevó –a Jesús- el diablo a un monte muy alto y le mostró todas las naciones del mundo con todas sus grandezas y maravillas. Y le dijo: ‘Te daré todo esto si te arrodillas y me adoras’.”(Mt. 4, 8)
Dice Joseph Ratzinger –Benedicto XVI- en su libro “Jesús de Nazaret”, de la tercera tentación de Jesús en el desierto que cito arriba:
“Su auténtico contenido se hace visible cuando constatamos cómo va adoptando siempre nueva forma a lo largo de la historia. El imperio cristiano intentó muy pronto convertir la fe en un factor político de unificación imperial. El reino de Cristo debía, pues, tomar la forma de un reino político y de su esplendor. La debilidad de la fe, la debilidad terrena de Jesucristo, debía ser sostenida por el poder político y militar. En el curso de los siglos, bajo distintas formas, ha existido esta tentación de asegurar la fe a través del poder. La lucha por la libertad de la Iglesia, la lucha para que el reino de Jesús no pueda ser identificado con ninguna estructura política, hay que librarla en todos los siglos. En efecto, la fusión entre fe y poder político siempre tiene un precio: la fe se pone al servicio del poder y debe doblegarse a sus criterios.” (pg.65)
Madre Nuestra
Hace 12 años.
1 comentario:
Un tesoro estas cápsulas de sabiduría.
Un abrazo
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