Ayer leía la explicación de un trapecista:
-Como volador tengo que confiar plenamente en mi portor -acróbata que sostiene o recibe a sus compañeros-, ya que él tiene que estar ahí para recibirme con precisión absoluta y recogerme del aire cuando me lanzo hacia él en un gran salto. Yo sólo tengo que extender los brazos y esperar a que él me tome y me lleve a salvo a la plataforma que hay detrás de la barra de apoyo.
-¡Tú no haces nada!
-Nada: Si intentara agarrarlo yo podría romperle las muñecas, lo que sería el final de los dos. El volador debe volar, y el portor debe agarrar; y el volador debe confiar, con los brazos tendidos que su portor estará ahí para recibirlo.
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El autor del libro -Nowen- lo aplicaba al momento de la muerte: Nosotros saltamos y Dios es nuestro portor. Creo que vale también para todos los saltos mortales que nos toquen en la vida.
4 comentarios:
He buscado el libro y no lo encuentro ¿de que editorial es?.
Es una buena metáfora para meditar.
María Jesús, éste es el que yo leí. Creo que la edición es argentina -Lumen- pero debe distribuir en España. De todos modos, no sería raro que esté también en otra editorial. Por ahora te pongo este link:
http://www.lumen.com.ar/carga.php?&carga=libro.php&tipo=2&codigo=239
Un abrazo.
Ma.Jesús, no encontré otra editorial -busqué en Google y no demasiado- pero sí hay lugares donde lo ofrecen en venta por internet con el precio en Euros. Una de las direcciones es Agapea.
Ya verás vos más.
Ah!! Ma. Jesús, perdoname, que ya te puse tres comentarios pero me olvidé de aclararte que esto de los trapecistas no está en ese libro. Es el mismo autor pero otro el libro. También muy bueno: ¿Puedes vever este cáliz? - Editorial PPC, Colección Sauce.
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