Hermano, hermana.
Una palabra, y por supuesto también una relación, un vínculo, –al menos para mí- muy especial. Diría esencial:
Es recíproco –igual de un lado y del otro, y a la par- como amigos o esposos. No como el padre y el hijo que será de arriba-abajo o de abajo-arriba.
Es permanente, como padre o hijo. Aunque se peleen incluso, no dejan de ser hermanos. Amigos pueden dejar de serlo.
A prueba de las propias dificultades de la vida… Puede ser que no te lleves bien con él, no entiendas para dónde va, no pienses los mismo, pero igual siguen siendo hermanos.
Entrañable. No es lo mismo ser primo o pariente.
4 comentarios:
Por eso me encanta que a los religiosos nos llamen hermanos. Es reconocer esa relación entre todos los hombres; y saber que algunos -‘intentan’ al menos- vivirla más explícitamente.
Es recíproco, es la mejor definición, comparto plenamente. Le doy gracias a Tata Dios por mis hermanos.
Saludos Santiagueños...muy cordiales Hermana.
Somos verdaderos cristianos cuando sentimos la hermandad en todos.
Cuando sentimos, declaramos y tratamos al prójimo como hermanos.
Me gusto conocerla por este medio.Su hermana en Cristo.
La relación de hermanos es un lazo muy fuerte, desde niños, pueden discutir, peliar, pero siempre terminan apoyándose el uno en el otro, núnca dejaran de ser hermanos. Entre los religiosos todos son hermanos en Cristo, pero como siempre pensarán y se continuaran visitando con sus hermanos de sangre. Ud. hermana Josefina es un ejemplo de amor a sus hermanos,y tuvo la suerte de tener muchos. !Qué Dios la bendiga!y tenemos que rezar para que la humanidad vea en su prójimo a un hermano.
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