jueves, noviembre 12, 2009

Vuelvo a Buenos Aires.

Mientras leía la entrada de Alemamá, pensaba que todavía no les conté a los amigos de este blog que tengo nuevo destino para el año que viene.
Vuelvo a Buenos Aires, a la misma casa que estaba antes de venir a Montevideo.
Los sentimientos son encontrados porque este es un lugar muy lindo, sobre todo por su gente, y uno deja muchos verdaderos amigos. Pero también tira el propio país, sobre todo la familia; y también el que aquí sólo tenemos una casa, y allí varias por lo que la mayoría de las hermanas están allí. Y, también por supuesto, los amigos de allí que una dejó al venir.
Además, esa es nuestra vida: disponibles para donde Dios quiera. Y, si una mira la media botella llena, es bien lindo a lo largo de los años darse cuenta que se tienen muchos amigos en muchos lados.
La mudanza será más o menos para mediados de febrero.

7 comentarios:

AleMamá dijo...

Josefina, querida, cuanta razón tienes en lo de los amigos y el desgarro de dejarlos, pero te reencontrarás con otros y de todos modos Montevideo es cerca.
Que Dios premie tu generosidad, entrega y disponibilidad con muchos frutos.

Fernando dijo...

Me alegro por usted, hermana. Por muy lindo que sea el Uruguay, por muy buenos que sean los uruguayos, la Patria de uno siempre es el mejor sitio del mundo, y más aún si ese sitio es Buenos Aires.

Me gustó mucho el tono optimista de su post. Me recordó la frase de Jesús sobre la cantidad de padres, madres, hermanos y hermanas que tiene el que deja todo por Él. Pensé que cuando Usted sea ya una monja muy mayor y repase su vida se acordará de montones de amigos que ha ido dejando por todos los sitios en los que ha estado, como le prometió Jesús.

Alicia dijo...

Cada rostro de los consagrados que pasaron, más que por mi ciudad, por mi vida quedará grabado para siempre en mi corazón. Y pasarán una y otra vez, cada vez que los vea en una foto, los recuerde, o les escriba. Cuando los necesito sé que es el Altar dónde nos encontramos todos.
Un beso y estoy feliz! Cada vez más cerquita de Mar del Plata. jaja!!!

Mariaisabel dijo...

Cuanto me alegra que regreses a tu patria. Sé que estás muy bien ahí, pero la patria de uno y la familia, también es importante.
Un abrazo, querida hermana.

Con cariño
Mariaisabel

Juan Ignacio dijo...

¡Qué bueno!
(Je)

Unknown dijo...

Segura estoy de que usted será felíz donde quiera que Dios decida ponerla. Y no sólo eso, sino que hará felices a aquellos que la rodeen.
Lo bueno de las personas como usted es que tienen el corazón suficientemente grande para dar cabida a todos los amigos que van reuniendo por la vida. Y además, afortunadamente está el internet y de alguna manera podrá seguir en contacto con los amigos y personas queridas que dajará atrás.
Saludos desde México-

Anónimo dijo...

Es una suerte que para el Ciberespacio no hay distancias, se que la van extrañar muchísimo, sus hermanas que deja, sus alumnos de sus cursos y toda la gran labor realizada y el amor repartido entre los que la redean. Las religiosas van donde sus superioras las manden, uno de los principios que tienen es la obediencia. Estoy segura de que será feliz en su nuevo destino.
Cariños,
María del Carmen