jueves, abril 22, 2010

¿Qué decir?...

Casi a diario, y va haciendo ya bastante tiempo, en los medios –incluso los periódicos católicos: Aciprensa, Zenit- leemos algo sobre los abusos sexuales de sacerdotes y religiosos.
¡Tema durísimo! Porque lo que es durísima es ¡la realidad!
Hace tiempo, también, que pienso que debería escribir algo sobre ello; pero de verdad no sé qué poner…
Pena honda, por todo lo sucedido. Y pena también por su negación u ocultamiento.
Deseo profundo de pedir perdón, como miembro de esta Iglesia pecadora.
Deseo también de que nos sirva de aprendizaje para, en adelante, ser sobre todo testimonios de humildad, de claridad, de transparencia. Necesitados de ayuda y de perdón.
Y, por otra parte, deseo también –y honestamente convencida- de que la gente sepa que, si bien todo esto desgraciadamente se dio, de ningún modo ha sido ni es algo corriente, sino todo lo contrario.
(Pero sucede que aunque fuera uno en un millón, es igual gravísimo).
Confieso que a mí, personalmente, me duele de un modo especial el suponer que no es difícil que la confianza, que en general se nos tiene a sacerdotes y religiosos, haya contribuido a que pudieran suceder estas cosas. Lo que lo hace más grave todavía.
Le agradezco a Benedicto XVI que esté encarando esto públicamente, con honestidad, tristeza y humildad.

7 comentarios:

maria jesus dijo...

Ahora ya solo se puede rezar para que no se vuelvan a repetir, y para que termine esta campaña de acoso al Papa que, al menos en España, está sufriendo.

Unknown dijo...

Hermana Josefina: su comentario me parece expresado desde un punto de vista bastante valiente, considerado y maduro. Ese sentimiento que usted esxpresa en sus lineas es el que muchos católicos tenemos atorados en el corazón. Madres de familia que hemos depositado nuestra confianza en los religiosos y religiosas de nuestra Santa Iglesia. Me da tanto gusto y consuelo leer sus lineas, viniendo de usted, una religiosa entregada que se da cuenta perfectamente que, aunque sean pocos (aunque fuera uno), da el mismo dolor y crea la misma vergüenza que si fueran 20.
De la campaña contra el Papa no creo que haya nada que agregar: está muy claro que son medios de comunicación ensañados con la cabeza de la Iglesia a quien quieren desprestigiar. Pero en cuanto a esas personas indignas que sólo han denigrado la sagrada investidura que les fue otorgada para guiar a los cristianos católicos, creo que deben rendir cuentas ante las leyes penales a las que estamos sujetos todos.
No estoy del todo de acuerdo en que SOLO nos queda rezar. Rezar, sí, siempre; pero también debemos apoyar, comprender, sufrir con las víctimas y exigir que se haga justicia con todas y cada una de ellas. Como miembros activos de una Iglesia viva, todos somos responsables de la calidad y responsabilidad que en ella priven.
Nuevamente le agradezco mucho esta esntrada tan clara y tan llena de amor y comprensión.
Un abrazo afectuoso en Cristo Jesús.

hna. josefina dijo...

¡Gracias a las dos!
Tere, estoy en todo de acuerdo con vos.
¡Saludos!

Anónimo dijo...

Querida hermana Josefina, muy claro y valiente lo que dice, yo estoy apoyando con muchos bloggers católicos al Papa Benedicto XVI, que valientemente a dicho que la Justicia Penal debe de jusgar a esos malos sacerdotes, los ataques contra el Papa, son de quienes quieren desprestigiar y dañar a la Iglesia Católica, lo malo fue ocultar lo que sucedía, la verdad siempre sale a la luz, y el castigo Divino y humano tendrá que venir.
El diablo está tratando de llevar agua a su molino, !pero no lo conseguirá!, tenemos que rezar por que tengamos más sacerdotes santos que sabemos que los hay, y que la confianza regrese en quienes la perdieron.

Con mucho cariño desde el Perú

María del Carmen

Aeronauta dijo...

Sólo suspiro porque lo que dices es verdad. ¡Cómo me duele! He subido varios posts con ésto porque no puedo dejarlo podrirse dentro.

Un beso, Querida hermana

Juan Ignacio dijo...

Se aprovecha incluso para instaurar una idea general de desconfianza hacia los religiosos.

Cuando no hay más razón para desconfiar de un religioso que de cualquier otra persona.

Selín dijo...

Gracias, Hna. Josefina, por esas palabras tan sentidas y salidas de su corazón.
Personalmente le comparto que mi primera plegaria es por el Papa Benedicto; la segunda, por ustedes los que se han consagrado al servicio del Señor. Le pido siempre a Nuestro Padre Celestial porque infunda en ustedes, en cada uno, ese amor misericordioso, sufriente, gozoso e incondicional que solo Él da. Y le ruego a nuestra Madre Santísima que les acompañe y fortalezca siempre en ese camino de seguimiento de Jesús.
Quiero decirle también que yo amo y admiro lo que ustedes hacen por todos nosotros; primeramente por Dios y después por nosotros, los laicos. A mí me duele lo que “algunos” sacerdotes han hecho... me duele por las víctimas indefensas, pero también por ellos, pues parece que no han tenido la fuerza para huír del pecado. Pero al mismo tiempo que me duele por esos escándalos, también me duele y me entristece por todo ese ejército de periodistas anticlericales, ateos o simplemente ignorantes, que se dedican a perseguir a Cristo (“¿Por qué me persigues”, le dijo Jesús a Pablo).
Pero ni los ataques ni los abusos me van a separar del amor de Cristo!!!

Un abrazo desde El Salvador

Selín