miércoles, marzo 28, 2012

Ni mejor ni peor: distinto.

Así nos decía muchas veces una hermana muy sabia que tuvimos de formadora en Roma.
Esta aclaración -que creo verdadera y muy valiosa- tiene mucha riqueza.
Pienso que en un aspecto nos facilita la convivencia, pero en otro nos la complica:
Facilita porque no es raro que tendamos a juzgar lo que no es igual a lo nuestro poniendo esto como punto de referencia; y entonces aquello lo superará o quedará en falta. Cuando, muchas veces, no es así sino que más bien podríamos decir que lo complementa.
Pero también complica: ya que no simplifica, sino que -enriqueciendo- complejiza.
Si una cosa es mejor que otra será cuestión, en todo caso, de optar. Pero si las dos -o tres, o cuatro- son buenas, y por lo distintas se complementan, lo interesante será quedarse, en lo posible, con todas y así tener más plenitud.
Algo que sin duda enriquece, pero también resulta mucho más difícil de llevar.

Sin embargo, estoy convencida de que es mucho mejor aceptar el desafío.
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Nota: esto parece muy abstracto pero tiene muchísimo que ver con nuestra vida cotidiana. Por eso lo etiqueto también en 'vida diaria'

6 comentarios:

Fernando dijo...

Hermana, adivino que a lo mejor su post tiene algo que ver con algún cambio en su comunidad. Cerca de mi casa hay un convento de frailes, forman una comunidad, pero de vez en cuando hay cambios, vienen jóvenes y se van mayores, vienen mayores y se van jóvenes, supongo que no siempre será fácil aceptar los cambios.

Y para todos nosotros es igual: nos hacemos a un modo de vida y cualquier cambio nos altera mucho, nos hace sentir que vamos a peor.

hna. josefina dijo...

Este año no hemos tenido cambios en nuestra comunidad. Pero es verdad que mis reflexiones se basan en nuestra vida comunitaria.
Pero no me refiero sólo a distintas edades, sino que tenemos distintos modos de ser y muchas veces no es fácil integrarlos. Por eso me interesa tanto la caracterología porque creo que te ayuda a comprender a los que te son más distintos.
Y, además, estoy convencida que parte de nuestro ser signos, como se dice de los religiosos, es el tratar de mostrar con nuestra vida que es posible la fraternidad más allá de los lazos de familia, edad, cultura y demás. Y es muy necesario en una época que no lo siente tan así, sino que cree más en el 'donde se me pone difícil me voy y ya está', como sucede en familias, matrimonios, y a veces también en los conventos.
Esto se ha puesto largo ¿verdad? Pero me parece un tema crucial.
¡aludos!

hna. josefina dijo...

Quise poner ¡Saludos!

Fernando dijo...

Me pareció que había redactado el post de una forma muy personal, hermana, no como el que habla de algo abstracto sino a partir de una vivencia cercana.

Hizo bien en contestar largo: el tema es importante, pues es con la gente cercana con la que se pone a prueba la caridad. Es fácil ser compasivo con los japoneses del terremoto, es difícil serlo con el que vive al lado.

maria jesus dijo...

Feliz Pascua Hermana.

Soy de una ciudad donde conviven cristianos, musulmanes, judios e indúes en total armonía; es más dificil conseguir esta armonía en familia con personas de distinta edad, manera de pensar, costumbre, etc. Quizás el secreto esté en actuar siempre con amor como primera premisa.

hna. josefina dijo...

Me parece que tenés razón.
Y todo con la ayuda de Dios; que para eso vino a redimirnos. Porque tendemos muchas veces a la división.
Un abrazo.