Diario

Este mediodía me enteré que mi sobrina, con su hija y dos amigas, tuvieron un accidente espantoso el fin de semana -quedó el coche destrozado-, gracias a Dios, sin consecuencias importantes.
Por eso pienso en tantas familias que hoy lloran verdaderas tragedias en Paquistán, la India, y las víctimas de la tormenta de lodo en nuestra también sufrida América Latina... ¡Qué misterio la vida!... y el dolor, y la muerte.

Madre nuestra, Señora del Pilar, ¡ruega por nosotros! ¡y hacenos sentir tu cuidado, en tantos momentos duros de hoy!
¡Me estoy dejando de lado los inmigrantes africanos!... A ellos cuídalos más, porque creo que es más duro todavía que el golpe venga de los propios hermanos...
¡Madre! Jesús tiene razón: ¡No sabemos lo que hacemos!
¡Inúndennos con su amor y su perdón!