"(...)La Navidad nos recuerda el verdadero lugar de los más débiles.
Hoy en día nuestro mundo parece estar muy débil; la paz, la liberación de los corazones, la verdadera felicidad, el reconocimiento a Dios, parecen estar muy lejos. Los nubarrones de la violencia y el desaliento ocultan al sol de la paz y la esperanza. Estos tiempos han estado cargados de malas noticias. Hasta la Navidad parece haber sido secuestrada por la sociedad consumista; ya no se trata de la fiesta de los pobres sino de las vacaciones bajo el sol o en la nieve, comer y beber mucho…o demasiado. La brecha entre ricos y pobres no hace más que agrandarse. Las personas más débiles son, por lo regular, olvidadas.
Con el nacimiento de Jesús en Belén, hace más de 2000 años, las palabras del ángel anunciaban una luz escondida en la negra noche: Israel bajo el yugo de los romanos, las divisiones interminables en el mismo seno del pueblo judío, los poseedores de la autoridad encerrados detrás de un poder que defendían con violencia; y todos los pobres, los leprosos y los mendigos vivían relegados. Lo que ahora vivimos tal vez no difiera tanto a la situación de aquel entonces. La historia se repite. Tanto hoy como ayer, los mensajeros de Dios continúan anunciando una liberación de corazones, una alegría, una paz que brota del Corazón de Dios. ¡La paz es posible, siempre y cuando la busquemos y trabajemos por ella, cada quien desde donde está!
Hoy en día nuestro mundo parece estar muy débil; la paz, la liberación de los corazones, la verdadera felicidad, el reconocimiento a Dios, parecen estar muy lejos. Los nubarrones de la violencia y el desaliento ocultan al sol de la paz y la esperanza. Estos tiempos han estado cargados de malas noticias. Hasta la Navidad parece haber sido secuestrada por la sociedad consumista; ya no se trata de la fiesta de los pobres sino de las vacaciones bajo el sol o en la nieve, comer y beber mucho…o demasiado. La brecha entre ricos y pobres no hace más que agrandarse. Las personas más débiles son, por lo regular, olvidadas.
Con el nacimiento de Jesús en Belén, hace más de 2000 años, las palabras del ángel anunciaban una luz escondida en la negra noche: Israel bajo el yugo de los romanos, las divisiones interminables en el mismo seno del pueblo judío, los poseedores de la autoridad encerrados detrás de un poder que defendían con violencia; y todos los pobres, los leprosos y los mendigos vivían relegados. Lo que ahora vivimos tal vez no difiera tanto a la situación de aquel entonces. La historia se repite. Tanto hoy como ayer, los mensajeros de Dios continúan anunciando una liberación de corazones, una alegría, una paz que brota del Corazón de Dios. ¡La paz es posible, siempre y cuando la busquemos y trabajemos por ella, cada quien desde donde está!
(...)" (Ver texto completo)
Nota: también está la versión original en francés, en esa misma página pidiéndola en ese idioma.
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