Dos personas tan distintas.
Por lo que sabemos de ellos –nos lo dicen los Evangelios, los Hechos, y sus Cartas-, los dos tuvieron vidas muy difíciles, se mostraron en muchos momentos muy frágiles, e hicieron cosas muy polémicas. Incluso, les costaba mucho entenderse entre sí.
Así y todo, -mejor dicho- con todo eso, los dos son santos; y, sin duda, pilares de la Iglesia.
Los dos también, cada uno, apasionado seguidor de Jesús.
Con sus caídas y vueltas a empezar.
Es que, a veces, somos bastante ingenuos:
Jesús nos dice “No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores”.
A mí esto me entusiasma y me alegra, porque me doy cuenta de que por eso, justamente por eso, aquí tengo lugar.
Madre Nuestra
Hace 12 años.
3 comentarios:
Pienso y siento exactamente como usted en esto hermana.
Además ya tengo claro para que me ha llamado y voy en camino de concretarlo.
Un abrazo
LLegué al blog por una entrada acerca de las miradas de Jesús, y acá me quedé leyendo...
Me gustó mucho este lugar, y voy a volver.
Hasta luego!
¡Bienvenida Analía!
Ya me di una vueltita por el tuyo y también volveré.
¡Un abrazo!
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