miércoles, noviembre 03, 2010

Recobrar el sabor


Antes las frutas y las verduras, los alimentos naturales, tenían mucho más sabor.
Por crecer en cantidad se ha ido perdiendo la 'cualidad'.
Y por eso, con el tiempo, hasta se ha ido dejando de lado el producto: Hoy los chicos -y muchos grandes- prefieren la comida chatarra a cualquier alimento natural.
Con otras cosas y situaciones -incluso las espirituales o religiosas- sucede algo parecido:
Primero se va dejando de lado la 'cualidad' para conservar la cantidad. Pero hay un momento que, porque ya no tiene gusto a nada, se lo descarta o cambia por algo aunque sea 'más práctico'.
(¿Para qué voy a ir a Misa si no lo siento? ¿Por qué perder el tiempo en aquello si se aprovecha mejor esto que da más resultado? ¿Por qué no puedo hacer con mi cuerpo lo que quiero?)
Y entonces la cantidad, que era lo que se buscaba, se reduce indefectiblemente. No creo que haya que tratar de recuperarla. O que, al menos, ése deba ser el primer objetivo...
Debemos recuperar 'el sentido'.
Se fueron porque ya no lo tenía.
Tenemos que volver a valorar el 'sabor'. Darnos cuenta de que, en la vida, gran parte del secreto es 'saborear'.

5 comentarios:

Edit dijo...

Que buena reflexión hermana. Yo recuerdo que de niña, las frutas eran una delicia y muy deseada por los niños.
Hoy nos piden caramelos o alfajores.
Hacer un esfuerzo por vivir en contacto directo con lo natural y lo sobrenatural, debe ser un objetivo prioritario. Porque mientras mas nos alejamos de la naturaleza y de Dios, mas nos desnaturalizamos y dejamos de ser.
Un abrazo.

Analía dijo...

volver a lo esencial, a lo que da sentido, a lo que "nutre" de verdad...

Recuperar la capacidad de "saborear" la vida, de tomarse tiempo de "gustar". (sabiduría de rumiantes nos falta a veces, ¿no?)

Un beso!

Juan Ignacio dijo...

Saborear implica un esfuerzo, quizás mayor que el de hacer las cosas por una vacía obligación.

Si la tendencia hoy es hacer poco esfuerzo por cumplir obligaciones ("porque no tienen sabor"), cuánto menos esfuerzo se hace por encontrarle sabor.

Anónimo dijo...

El darle sabor y valor a todo lo que nos alimenta, es buscar lo esencial, tanto para alimentar el cuerpo como para alimentar el alma.
De niños esa misión la tienen los padres, y de adultos, son los valores y ejemplos de nuestros padres, como bos alimentaron y que valores sembraron en cada uno de nosotros.

Muy buena su reflexión hermana Josefina.

Cariños,

María del Carmen

Anónimo dijo...

FE DE ERRATAS.

Es nos, en lugar de bos.

Disculpas, error de tipeo