martes, noviembre 01, 2005

Increíble pero real

Anoche, volvía de mi clase de los lunes cruzando la Avda. Córdoba, a eso de las 21.45. Tal vez fuera porque hacía bastante que no pasaba por allí, a esa hora, pero me quedé impresionada con la cantidad de "cartoneros".
"¡No ha cambiado nada!" fue el grito -silencioso- que me salió del corazón. Todo empezó con la crisis post-devaluación... pero ¡Todo sigue igual!
Cómo puede ser que nos hablen, triunfalmente, del superávit fiscal -y otros tantos "superavit" más- y sigan en la noche de Buenos Aires, adolescentes y hasta niños, metidos adentro de las bolsas de residuos; o veas avanzar por la calle unas bolsas enormes de plástico, símil arpillera, que tapan totalmente a quien las va empujando de atrás, con esfuerzo, hasta llegar a una esquina en donde hay tantas más y se encuentran con el resto de la familia... ¿Cómo puede ser?
No es mi intención meterme en política partidaria, ni es mi tema, pero ¿cómo puede ser, que demos por supuesto que nuestros gobiernos -el de la Ciudad y el de la Nación- pertenezcen a aquellos que "se ocupan del pueblo", que gobiernan para los más pobres, y siga todo igual mientras sólo oímos que todo va mucho mejor?... ¿Cómo puede ser -cuando cito sólo pequeños ejemplos- la vida en nuestras Provincias como la que cuenta Tomás Eloy Martínez del Tucumán de hoy? (no leí sus anteriores reportajes)?
Cómo puede ser?... Y cómo puede ser, que nosotros sin darnos cuenta nos vayamos acostumbrando a todo esto?
Porque tengo que confesar, por ser honesta, que me parece que -como pongo arriba- es probable que "mi impresión" de ayer, que dura hasta hoy, se deba a eso: a que hacía mucho que no pasaba por allí... De no ser así, es posible que ya hubiera estado acostumbrada. Como, muy seguro, ya lo esté de tantas otras cosas que ya no me asombran.
Jesús en la cruz dijo: "Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen"
No sabemos lo que hacemos.
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Por supuesto que no estoy en contra del oficio de cartonero. No entiendo cómo no hemos hecho, en tantos años, nada para que, los que lo ejercen, puedan hacerlo dignamente; y ganando lo suficiente como para que no tenga que salir a trabajar la familia entera, con niños incluídos!.

1 comentario:

AleMamá dijo...

¡Ay, querida hermana Josefina! ¡Pobres los tendremos siempre con nosotros!, pero verles las caras y ponerles nombres a esa realidad es lo que duele.
Acá tambén los tenemos por montones y hasta tiene una especie de poder comprador y son bastante organizados y están muy orgullosos de la labor ecológica y social que hacen; se recicla casi todo el papel de desecho, descartado.
Si unoleva una vida considerada normal y ordenada, ¡no los ve! pues trabajan de noche por lo general, o antes de que pase la basura....y las autoridades también duermen a sea hora, creo yo...
Argentina, con su Buenos Aires querido es un país ¡tan rico, bello y especial! Creo que es cosa de tiempo que por fin se solucionen sus problemas; la lástima es que "los pobres no pueden esperar", como dijo en Chile el amado Juan Pablo II