domingo, febrero 22, 2009

El regalo para el paralítico



La casa estaba tan llena que hasta tapaban la puerta. Por eso, los cuatro que llevaban su camilla, abrieron el techo del lugar donde Jesús estaba, y bajaron al paralítico. Cuando vio la fe de esos hombres, Jesús le dijo: “Hijo, tus pecados te son perdonados”.
El evangelista Marcos no da más detalles. Pareciera que ninguno, ni el enfermo ni los que lo llevaban, dijo nada.
Fue Jesús quien habló, los interpretó, y le perdonó los pecados.
¿Habían venido a eso?... Tal vez sí.
O tal vez… Jesús, que conocía a cada uno –nos conoce, a cada uno-, sabía que le estaba regalando mucho más con eso que con los que ellos venían a pedir.
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- No siempre, lo que quisiéramos que Dios nos dé, es lo que más necesitamos.
- Después, para darles una señal a los judíos, además, le dijo que se levantara, tomara su camilla y se fuera a su casa. (cfr. Mc.2, 2-12)

6 comentarios:

AleMamá dijo...

La pura verdad. Uno se da cuenta, cuando mira para atrás con honestidad que lo que no nos resultó como deseábamos, a la larga fue para puro bien.
Un besote, Jo

Cecilia dijo...

Coincido con la preopinante. Las cosas pasan por algo y ese ALGO, lo sabe Dios y es para nuestro bien.

Ojo, que este pensamiento es aprendizaje... a veces me sigo preguntando ¿porqué? en lugar de un "hágase tu Voluntad, Señor"

Besos!

Sandra S dijo...

Hola Josefina! Recibir lo que se nos de, aunque no sea lo que hayamos pedido siempre trae su recompensa.

Muchos abrazotes!!

eligelavida dijo...

¡Ojalá todos tengamos unos cuantos amigos que, llegado el momento, hagan lo necesario para ponernos en la presencia del Señor!

Silvia García dijo...

Nada deberíamos pedir, Jesús sabe el lugar,el momento, que y cuanto nos hace falta.
Todo lo demás es puro ego

maria jesus dijo...

La verdad es que muchas veces queremos que en lugar de la voluntad del Señor se haga la nuestra pero,por otro lado, El nos aconsejó que pidieramos con insistencia