jueves, junio 28, 2012

El desafío está en 'permanecer'


En esta época de cambios vertiginosos y logros explícitos –en que un adelanto queda atrás porque surge otro nuevo muy rapidamente- sigue habiendo ámbitos , y muy importantes, donde es necesario ‘permanecer’. Y eso nos cuesta mucho.
Y no me refiero a permanecer resistiendo con un esfuerzo supremo como quien sostiene un peso enorme, porque tal vez eso justifique y motive el mantenerse. Nos cuesta permanecer en lo sencillo, lo sin brillo, lo de cada día, pero indispensable para la vida.
De la concepción al parto hay largos nueve meses de permanencia oculta inmensamente fecunda. En nuestro cuerpo existen cantidad de funciones que, de puro permanentes, no se notan hasta que empiezan a fallar. Y en la naturaleza, y en la vida anímica, intelectual y también en la espiritual.
No las notamos pero están y nos son necesarias.

¡Y pensar que los hombres hoy muchas veces despreciamos lo que no cambia, lo que no da resultados brillantes e inmediatos!
(El ‘pequeño’ trabajo rutinario, las relaciones personales de cada día, el cariño atento, el amor fiel, la oración)

Nuestro tiempo es apasionante y lleno de beneficios para agradecer. Pero también tiene algunas trampas en las que debemos cuidarnos de no caer.

6 comentarios:

Jorge S. King dijo...

Excelente como siempre Hna Josefina.
Saludos Santiagueños,

AleMamá dijo...

Muy oportuna reflexión, Josefina.
Cariños

Fernando dijo...

Qué bien lo expresa, hermana, y tiene razón: hoy hay tantas novedades, todos los días, que si uno no tiene cuidado acaba olvidando lo que nunca debe cambiar: en la vida de fe, en la vida familiar o matrimonial o de la comunidad, en todo.

Juan Ignacio dijo...

Eso, eso.
Y además estamos tan acostumbrados a lo normal o a lo ordinario que no vemos que es un milagro que siga así, sin cambiar.

Mento dijo...

Pues si, debemos aprender a ir solventando todas las novedades,adaptandonos solo a las que sean buenas y sobre todo no cambiar la base de nuestra enseñanza, Nuestro nucleo siempre Jesucristo.
un abrazo hermana.

Pablo Muttini dijo...

Jose, siempre tan lúcida! Agradezco a Dios que estés atenta!!!
En la línea de lo que proponés, aporto el título de un libro para leer o releer: Los sacramentos de la vida, de Leonardo Boff.
Es notable cómo va revisando minuciosamente esas certezas (permanencias, si vale el neologismo) y como las presenta fundantes en nuestra vida. Sugerencia nomás. Abrazo y gracias de nuevo!