miércoles, octubre 04, 2006

¿Qué nos está pasando?

Están pasando, en la radio, unas publicidades -de una compañía de inversiones donde podés poner a rentas tus ahorros jubilatorios o algo así)- con las voces de dos chiquitos –buenísimos actores- que hacen:
+ en una, de matrimonio con un diálogo bastante cotidiano, pero donde cada uno se muestra bastante harto del otro y, muy simpáticamente, se insultan;
+ y en la otra, él es un señor, que está comiendo en un restaurante con una amiga, y cuando ella le pide los anteojos prestados para mirar la carta se los dá contándole que son de su mujer con la que lleva 42 años de casados, y que nunca cambió los anteojos. La amiga le responde: con razón aguantó tantos años con vos... ¡no ve nada!
¿Cómo podemos poner a niños para que hagan una representación así? ¿En qué estamos pensando los mayores?
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Otro, ahora, para el día de la madre:
En la zapatería el vendedor le pregunta: - ¿qué número quiere?
Respuesta: - Treinta y siete... (silencio de duda). No, mejor treinta y ocho.
Locutor: -¿Tenés presente que el regalo que le hagas hoy a tu mamá después puede ser tuyo?
Es la propaganda de no sé qué shoping.
O sea que el mensaje: ‘¡Comprá bien para tu mamá, porque es muy posible que estés comprando para vos!’ (¡¡¡¡¿¿¿???!!!!)

4 comentarios:

m dijo...

Esos no los vi, pero vi uno de un teléfono celular que es un canto al incesto. Me da mucha impresión!
Pero suele pasar que para el día de la madre salga la peor veta de los publicitarios!

Pablo Muttini dijo...

Todo un tema... los publicitarios y/o comunicadores somos personas criadas y formadas en la sociedad. Casi que me arriesgaría a decir, fruto de la sociedad. Lo que nos pasa es lo que se expresa. Los más jóvenes, simplemente nos muestran la novedad de lo que hemos construído.
No son las nuevas generaciones las que están desvirtuando (quitándole virtud) a la niñez, la adolescencia, la belleza, la madurez... el consumo...el trabajo y tantas cosas más. Aprendieron lo que les enseñamos quizás, sin querer, pero se los enseñamos nosotros los adultos. Ahora, que a estos chicos los vemos hacer cosas de "grandes" nos alarmamos.
Los viejos y los jóvenes abandonados, son nuestros padres y nuestros hijos. Los enloquecidos por el consumo somos los cuarentones y cincuentones.
Quizás los avisos funcionen porque nos estén diciendo lo que queremos escuchar.
Hay que reflexionar mucho sobre esto. Más que sobre los avisos, sobre lo que "queremos escuchar" y qué necesitamos para estar más "motivados".
Siempre muy interesantes tus propuestas, Josefina. Ayudan a mirar el mundo ¡Gracias por estar tan atenta!

Juan Ignacio dijo...

¿Será un proceso de "sinceramiento" a la inversa?

O sea, hoy en día la moral es así: "los adultos pueden ser infieles, consumir pornografía, ver violencia, pero hay que cuidarse bien de que eso no llegue a los niños".

Ahora pareciera que en vez de sincerarse y decir que esas cosas son malas también para los adultos no, nos vamos a ir para el otro lado y dejar que los chicos también pueden hacerlas.

Como mi teoría es dudosa, aunque puedo perfeccionarla, la reflexión podría seguir por el lado propuesto por Pablo Muttini.

Saludos.

Aeronauta dijo...

Acá en Chile, a mi banco, donde tengo una cuenta, llega una chica a pedir un crédito para viajar con su novio al extranjero! y el empleado del banco que no puede negarse...es su propio padre que la mira con dolor, pero por su alejamiento, no por otra cosa da la impresión....¡terrible!