Hoy no es raro encontrar personas que, poco o mucho después de casados, tuvieron que separarse y, con el tiempo, formaron otra familia pero esta vez sin sacramento. Y a veces lo viven con mucho dolor porque sí creen en él.
En no pocos casos tendría mucho sentido, mediante un juicio eclesiástico, averiguar si en ese casamiento hubo o no sacramento. O sea si -como decíamos en la entrada anterior- estuvieron todas las condiciones para que lo hubiera. Porque de no ser así la Iglesia declara que no lo hubo y entonces el matrimonio en realidad fue nulo, no existió. Por lo que podría recibirlo esta vez.
La Iglesia no anulará un matrimonio. No puede hacerlo ya que es indisoluble; pero sí, revisando el caso concreto, puede llegar a la conclusión de que no lo hubo, y a esto se le llama juicio de nulidad matrimonial.
Madre Nuestra
Hace 12 años.