miércoles, diciembre 06, 2006

de laicos

Me encanta estar unos días en Sunchales. Me hace bien.
Buenos Aires es una ciudad muy –¿demasiado?- grande, y esto influye hasta en la vida eclesial.
Aquí nuestra capilla es mucho más chiquita. También con salida a la calle, por supuesto, para ‘poner a Cristo a la adoración del pueblo’ como deseó Rafaela nuestra fundadora. ¡Sí que se acercan a adorar! Siempre hay –además de nosotras- alguno más.
Ayer, después de su rato de adoración, una señora amiga –que es abuela, y tiene una panadería con cosas muy ricas- antes de partir, se acercó al sagrario para retirar la Comunión. Es ministro extraordinario de la Comunión, y la lleva a los enfermos.
Me hizo pensar: Hace no tantos años, no veíamos estas cosas… Todo lo hacía el sacerdote. Hoy el laico puede ayudar; y puede llevar a Jesús adonde el cura no llega… Y es más, cada vez está más claro que, en la vida cotidiana y en los ámbitos específicamente mundanos, debe llevar a Jesús ya que ahí el sacerdote no llega.
Y esto le da otro ‘talante’ a la Iglesia. En donde todos somos hermanos –laicos, religiosos y sacerdotes- con misiones diferentes que nos ayudan y enriquecen a todos.

12 comentarios:

Pablo Muttini dijo...

Sin duda es una Gracia, Josefina. Gracia que indica que el Espíritu sopla siempre y siempre va refrescando el aire. Yo vivo muy intesamente ésto en el diaconado; es sorprendente lo que significa para la gente que un "par", que se moja con la misma lluvia y vive las mismas alegrías y tristezas, pueda acercarles la Palabra.
Hoy, me tocó predicar en la Misa de 9 hs, y tuve la gracia de comprobarlo nuevamente. No deja de sorprenderme el buen Dios.
¡Buenas vacaciones!
Un abrazo
Pablo

Pablo Muttini dijo...

Aclaro por las dudas: obvio que he dejado de ser laico, pero para la percepción de la gente, el diaconado (todavía no demasiado claro para la mayoría) representa un ministerio cercano. Eso expresan muchos y en especial, los hombres, que se ven representados y comprendidos de un modo particular.

GATOCHAT dijo...

Lindo post , me hiso recordar cuando pequeño junto con mi papá llevamos las hostias consagradas a los enfermos y ancianos postrados en cama.....mi papa era un ministro de la eucaristia y yo me sentia muy pleno ayudando a llevar las hostias en una cajita especial, era como mi gran tesoro....bendiciones !!

Aeronauta dijo...

Pásalo bien en Sunchales y si ves a Javier, mis saludos.
Lo de Cristo para acercarlo a todos me encanta.
Un beso

Maru dijo...

me encanta adorar, 100% conectada con mi mundo sobrenatural. Feliz adviento.

Anónimo dijo...

Muy lindo tu blog hermana.
¿Dónde queda Sunchales? Que ganas de irse de Buenos Aires.
salu2

Cristian dijo...

Hola hna:
Sencillamente genial el post, muy claro e ilustrativo de la riqueza de la Iglesia. Los laicos deben seguir ganando espacios en la vida de la Iglesia, son los encargados de llevar a Cristo al mundo. Bendiciones.

Anónimo dijo...

Por supuesto que sí. No sólo los sacerdotes y las religiosas pueden acercar las bondades de Dios a los necesitados. También las personas comunes podemos colaborar si así nos lo dicta el corazón. Besos y que lo pases bien en Sunchales.

Anónimo dijo...

Para cuando regreses, te invito a vistarme en http://larosaldesprendersedesutallo.blogspot.com
Allí subí un post titulado: "La Iglesia "siembra" de estrellas la Navidad" que creo que te gustará verlo.
Besos y felices vacaciones!

Semilla dijo...

Solo pasé a dejarte un abrazo de ¡Feliz navidad!
Cariños

Gustavo er Cura dijo...

Como bien lo decia el "Sanctus" Juan Pablo II, donde manifestaba el papel del Laico en nuestra sociedad actual, donde las vocaciones religiosas parece estar de vacaciones, pero el Señor nunca deja su viña sedienta, sino que reparte en cada uno, dependiendo de nuestras capacidades, dejandonos a nuestro libre albedrío, el transmitir esa fe tan bella que profesamos. Acercar el Señor a los mas necesitados es una gran obra de amor. Yo tambien soy ministro Extraordinario, aunque no me siento digno de tocarlo y entregarlo a otros, siempre digo q no soy yo quien lo lleva, es el Señor que se acerca a mi y Él a su vez a los que lo buscan en verdad y espiritu.
Sople con fuerza en esta parte final de las ferias de Adviento, el Espiritu de la vida para que continue su hermosa labor apostolica, un abrazo ya desde Venezuela

Fabián dijo...

Estaba leyendo su blog y me enteré que es ACI. Que alegría. Yo fúi párroco de Santa Rafaela en Paraná hasta hace tres años. Una vez vino una delegación de hermanitas y pasamos un día muy lindo.