Estos días, a propósito de la elección del Papa, estuve
reflexionando sobre las diferencias de miradas según nuestras propias
experiencias.
A veces creemos que en esta época en que estamos, o nos
creemos, tan 'comunicados' o 'cercanos' nuestras miradas deben ser muy similares y,
si afinamos un poco, nos damos cuenta de que no es para nada así.
Lo que me hizo pensarlo es este ejemplo tan trivial:
Lo que
ha resultado, para los argentinos en general pero para los porteños (los que
somos de la ciudad de Buenos Aires) en particular, el que nada menos que el
Papa sea uno de los nuestros es algo que todavía no podemos medir. Impensable, impresionante
el saber que lo conocemos, somos amigos de su familia, lo hemos tenido con
nosotros tantos años…
¿Y en Italia, que hasta hacen tres Papas fueron muchos los
italianos? ¿Les resultaría tan asombroso? ¿Les cambiaría tanto la vida?
Probablemente no. Incluso pienso que es posible, que por cercano, mirarán la
misma institución del Papado de una forma muy distinta que nosotros.
Y así será con tantas otras realidades de la vida que ni nos damos cuenta.
2 comentarios:
Me impresiona ver descrito por ti lo que pienso tantas veces. Para nosotros es algo tan inmenso, tan especial, fuera de lo común y que apreciamos tanto, y para ellos debe ser rutina y ni saben lo que se pierden al no admirarse.
He visto a romanos amigos pasearse entre monumentos que me anonadan sin inmutarse, y lo mismo con la convivencia con el PApa y tantas otras cosas.
Cariños Josefina. Gracias por tu amistad.
Hablando específicamente de la "institución del Papado", los italianos fieles y cercanos a la iglesia, según me han contado, viven una experiencia particular con cada nuevo Papa.
Seguramente como cuando surgió Juan Pablo II que vino desde Polonia y de atrás de la "cortina de hierro", Con Francisco, nuestro Jorge "Cacho" Bergoglio, se habrá generado toda una "sensación" nueva. Hasta que se acostumbran "al nuevo".
Saludos Santiagueños
Publicar un comentario